posted on 2024-06-28, 16:07authored byPaul Buchanan
Abstract
This paper analyzes the role played by organized labor in the formulation and conduct of US foreign policy in Latin America, with particular reference to the field of labor relations and the promotion of democracy in the region. It first traces the historical presence of US labor in Latin America, then moves to a disaggregated analysis of the ideological and economic bases of its foreign policy approach towards the region, an examination of the primary vehicles and instruments used in pursuit of its regional objectives, and brief case summaries as illustrative examples. The paper argues that for both ideological and economic reasons US labor has historically played a negative role in promoting democracy in the region, and in fact has actively engaged in subverting democratic regimes when these did not adhere to the type of economic and ideological guidelines advocated by the US government or the AFL-CIO. However, as a result of the adverse consequences of this traditional stance and of a changing international economic and political climate since the mid-1970s, organized labor has shifted towards a more consistent support for democracy for pragmatic rather than activist reasons. Consequently it now has the potential to be a major promoter of open government and democratic labor relations in Latin America.
Resumen
Este artículo analiza el rol desempeñado por los sindicatos norteamericanos en la formulación e implementación de la política exterior de los Estados Unidos hacia América Latina, haciendo especial referencia al ámbito de las relaciones laborales y la promoción de la democracia en la región. El análisis delinea primero la presencia histórica de los sindicatos norteamericanos en América Latina. Luego, se analizan las bases económicas y sociales de su política exterior hacia la región, examinando los principales vehículos e instrumentos usados para la obtención de sus objetivos, ilustrados a través de breves estudios de casos. El artículo concluye que, debido a razones económicas y sociales, los sindicatos norteamericanos han jugado históricamente un papel negativo en la promoción de la democracia en la región, habiéndose empeñado activamente en subvertir regímenes democráticos cuando éstos no se adherían a la línea ideológica y política definida por el gobierno norteamericano o la AFL-CIO. Sin embargo, como consecuencia de los resultados adversos de esta postura tradicional y del cambio del clima político-económico internacional, desde mediados de los años setenta, los sindicatos han apoyado consistentemente la democracia, aunque por razones más bien pragmáticas que activistas. El autor concluye que este cambio de actitud hace del sindicalismo norteamericano promotor potencial de un gobierno abierto y de relaciones laborales democráticas en América Latina.